Libro: LA CABEZA EN LA
BOLSA
Autor del
libro: Marjorie Pourchet
La historia
empieza así: "Adela es tímida, realmente tímida. Tímida a rabiar, tímida
a morir. Tan tímida que siempre quiere huir. Es verdad que le haría bien
salir, pero siempre que sale mete entera en su bolsa la cabeza". Lo
primero que vemos es una mano -desde (o hasta) el codo- con una manga corta
celeste, que está por tomar una bolsa de un perchero. La mano es de Adela y
la bolsa también. Luego, mientras el narrador nos cuenta que Adela camina
hacia el trabajo por una avenida, con la cabeza en la bolsa, la vemos tan
cerca del piso que entendemos que las imágenes ilustran aquello que ella imagina,
en este caso, a personas, tan sólo con oír pasos. Los zapatos de los
transeúntes le hacen percibir: una señora encorvada con un mundo sobre sus
espaldas, otra con una ducha sobre su cabeza, sin despertar del todo o
dormida aún, un señor con cuatro tipos de sombreros apilados (podemos pensar
que Adela duda de la profesión o identidad de este señor), un niño que tiene
orejas de burro, un hombre lleno de relojes.
Adela trabaja
en una fábrica de "patitos de plástico" y su tarea es clasificarlos
y descartar los que desafinan. Sólo saca la cabeza de la bolsa para darse un
baño entre patitos desafinados. Sin embargo, el lector no ve el rostro porque
está detrás de la cortina.
Adela tiene
amigos, Leonora y Filemón, aunque no sabe (porque no los ve) que ella se
viste al revés por el temor "a lo que diga la gente a sus
espaldas", y él camina con las manos para no golpearse la cabeza. La
bolsa le hace perder la mirada de ciertas cosas, pero le permite disfrutar
del ruido. Le encanta pasear cuando hay viento, y el domingo se siente sola,
"le da miedo el silencio" y llora. El lunes cuando va por su bolsa
ve que le creció un jardín. El ojo que espía el interior es todo lo que se
observa de la cara de Adela en el cuento. Y cuando entrega "su jardín
secreto" a un señor especialista en "cultivar pensamientos",
se produce un cambio.
El libro
pertenece a los especiales de "A la orilla del viento" y a pesar de
ser un álbum, tiene un argumento que para su comprensión podría prescindir de
la imagen. La narración es simbólica desde la escritura y perspicaz desde la
ilustración. Su autora, Marjourie Pourchete (Besanzón, Francia, 1979),
trabaja, por un lado, los tamaños para darles importancia a los estados
anímicos. Por ejemplo, cuando Adela pasea es muy grande, pero cuando está
triste una vista aérea muestra la ciudad en tonos azules y celestes, y a ella
absolutamente sola, doblada y pequeñísima; o la escalera de su casa resulta
interminable, sin fin, cuando no puede parar de llorar. Por otro lado,
utiliza los colores, el amontonamiento o el despojo total de objetos, para
graficar los climas. La fábrica tiene un ambiente opresivo, las sombras indican
los momentos del día el jardín la libertad.
El relato es en
presente, con frases cortas, poquísimo diálogo y lo estético refuerza los
sentimientos de timidez, soledad y amistad. El final, sin ser didáctico, es
reflexivo; el texto dice una cosa y la imagen insinúa otra interpretación.
Esté libro álbum
está siendo trabajado por los alumnos de 7º Grado A.
Maestra de 7º
Grado: Gaby
Bibliotecaria:
Mónica
Mónica:
Bibliotecaria T.M
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